Tengo un amigo al que por su profesión (es restaurador de obras de arte), le apasiona la Historia Antigua. El fué el que nos propuso ir a visitar la exposición sobre Tesoros Sumergidos de Egipto, que se encuentra en Madrid en el antiguo matadero de Legazpi.

Con mi amiga Sandra y nuestros retoños

El sabe que me apasiona la historia y  que mejor que su compañia  para una visita así,  muy versado en Egipto,  ha viajado hasta allí y  disfruta como nadie explicando la historia de los jeroglificos, los dioses, las  dinastías de faraones…

Las piezas que allí se encuentran, corresponden a los descubrimientos que ha realizado el arqueólogo Franck Goddio y su equipo en la bahía de Abukir . Durante 10 años han trabajado en el descubrimiento del antiguo Portus Magnus de Alejandría y las ciudades de Canopo y Heraclion. Heraclion era una ciudad casi mítica, conocida sólo por textos y de Canopo se sabe que tenía el templo dedicado al dios Serapis.

Son cerca de 500 piezas las que se exponen, han estado esperando cerca de dos mil años bajo el mar y es la primera vez que  el gobierno egipcio permite la salida de tantos objetos juntos y la primera vez que el público en general tenemos acceso a visitarlos.

Estaba nerviosa por ver estas piezas del pasado, pero la entrada estaba muy concurrida, mucha gente se arremolinaba alrededor de las pantallas con lo que la visita discurría lenta, no lograbas leer tranquila los paneles con las explicaciones, ibas de un lado a otro buscando un espacio sin gente pero al llegar a la estela de granito rosa, de 18 toneladas, perteneciente al templo de Amon, en Heraclion, todo cambió. En ella se dice que el faraón Tolomeo VIII concede al templo un derecho por el que los esclavos que entraban en él recuperaban la libertad. Del mismo modo me impresionaron mucho los colosos de granito de 6 metros de altura, imponentes.

A estas alturas de la visita, mi amigo iba farfullando, diciendo que se esperaba más, que las piezas corresponden más con el arte griego o romano que con el egipcio y que para él que ha estado visitando pirámides, el templo de Abú Simbel y un montón de grandiosidades,  el paseo no le estaba resultando atractivo.

Yo, como a lo mucho que aspiro es poder viajar un día a Egipto (cuando tenga dinero o me toque una loto muy gorda y el niño ya esté crecidito), el paseo me pareció interesante, pensar que ójala esas piedras pudieran hablar y contar realmente como era la vida entonces, de verdad que me encantaría.

Personalmente recomiendo la visita a esta exposición, que para los que no lo sepan han prorrogado hasta el 15 de Noviembre. Aprovechad e ir a conocerla y luego me contáis.

Sandra y yo en el templo de Debod
Sandra y yo en el templo de Debod