Aunque El Principito se ha convertido en todo un clásico, de lectura casi obligada para los más peques de la casa, he de confesar que no lo había leido hasta que un buen día se lo regalaron a Alejandro.

Este cuento infantil narra la historia de un niño proveniente de un asteroide lejano, su particular visión sobre el mundo de los adultos y una gran dosis de crítica social. Resulta increible descubrir cuanta sabiduría, ternura y bondad caben dentro de un cuerpecito tan pequeño como el del viajero llamado Principito. Su final no menos sorprendente hace que  pequeñas gotitas de agua mojen tus ojos, para que a continuación la tristeza se convierta en sonrisa al pensar que quizá un día no muy lejano podamos volver a verlo avanzando hacia nosotros, con su cabello rubio y su carita sonriente, sacando lo mejor de nosotros mismos… No estés triste, ¡el principito ha vuelto!.

Su autor Antoine de Saint Exupéry, fué un escritor francés, apasionado de la aviación y que utilizó sus experiencias para escribir este maravilloso cuento. A él también pertenecen una serie de frases célebres que particularmente no me han dejado indiferente:

«Tener un amigo no es cosa de la que pueda ufanarse todo el mundo.»
Antoine de Saint-Exupéry

«El amor es lo único que crece cuando se reparte.»
Antoine de Saint-Exupéry

«Uno es para siempre responsable de lo que domestica.»
Antoine de Saint-Exupéry

«Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua.»
Antoine de Saint-Exupéry

«Los niños han de tener mucha tolerancia con los adultos.»
Antoine de Saint-Exupéry

«Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección.»
De Saint Exupéry Antoine.