Click para ampliarEste fin de semana, aprovechando una escapada romántica a Aranjuez he podido visitar la exposición «Titanic, objetos reales historias reales» que  hasta ayer día 19 se podía visitar en Madrid.

La visita comienza con una réplica del billete de embarque que te entregan al entrar, en el reverso de cada billete figura el nombre de un pasajero real, con información sobre su edad, lugar de nacimiento, clase en la que viajaba,  nº de camarote, motivo del viaje y destino. Al terminar la exposición se puede comprobar la suerte que corrió el pasajero en cuestión, si logró sobrevivir o si por contra pereció en la catástrofe.

Más de 230 piezas rescatadas en distintas expediciones que se han hecho al lugar del hundimiento, muestran desde objetos personales de los pasajeros que viajaban en el Titanic, pasando por una pequeña muestra del casco del buque que te permiten tocar,  el sumergible con el que se han realizado el rescate de estas piezas, un inmenso trozo de hielo que emula el iceberg contra el que chocó el Titanic y que puedes tocar para hacerte una idea de la temperatura que tuvieron que soportar aquellos pobres desgraciados que perecieron en el mar.

Unas cuantas historias personales como la del joven Mr. Richard Norris Williams II que volvía a casa de su familia en Pennsylvania. Era un tenista excelente que iba a estudiar a la Universidad de Harvard, o la de Mrs. Margaret Tobin, mujer de 44 años que viajaba sola,  iba a visitar a su nieto enfermo y a la que muchos reconoceréis en la película de James Cameron, ya que fue la que insistió para que volvieran los botes salvavidas a rescatar a las personas que habían quedado atrás.

Realmente es impactante descubrir que más de 1000 personas dejaron sus vidas en aquellas gélidas aguas y comprobar que objetos tan simples como un zapato, después de casi 100 años  del hundimiento han vuelto a ver la luz.

También he podido comprobar navegando por internet que esta exposición nada tiene que ver con la que se realizó en San Francisco y es una lástima pues esta última recrea el barco en todo su contexto.

Dentro de unos pocos años, los expertos indican que ya no quedará nada del barco más famoso de la historia, por eso es importante salvar la mayor cantidad de objetos posibles e intentar no olvidar la fragilidad del ser humano ante los envites de la naturaleza.